Hay un niño nutrido de ardor
en una calle sin procedencia,
una madrugada herida
en la ciudad precaria

hay una treta huraña
en el silencio de todo
y una sombra que custodia murmullos

hay un tiempo que no llego
¿hay un mañana que se ha ido?
Mientras te veo,
aferrada,
a la expresión muriente de la nada

el corazón,
camina su trecho de sombras
en esta asepsia del hambre